Puede que te hayas preguntado el porqué del nombre de este sitio web. Sencillamente, estas dos palabras creo que resumen a la perfección su contenido y mi visión de la educación.

Por un lado, la palabra “Dociencia“, que proviene de la unión, bastante obvia, de docencia y ciencia, creo que refleja a la perfección la única vía de progreso y mejora con la que cuenta la educación. Esta vía no es más que el uso de los conocimientos científicos, que provienen de diversas disciplinas como la psicología cognitiva, la psicología experimental, la pedagogía o la neurociencia, para poder mejorar la práctica docente y, consecuentemente, el desarrollo integral del alumnado.

A menudo, la docencia se basa en creencias y experiencias del docente. Creo que ya es hora de dar el paso y sustituir las creencias por evidencias, con el único objetivo de conseguir la mejora educativa.

Por otro, la palabra “Corazón” no podía faltar. Mi visión no entiende el mundo educativo sin la pasión y sin el compromiso de los profesionales docentes por el alumnado y por su desarrollo. Aquello que se hace poniendo el corazón, por lo general, se hace bien. No podemos permitirnos un mundo en el cuál la educación no sea todo lo mejor que pueda ser, y para eso se necesita mucho corazón.

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